Son las cinco y veinticinco
y el silencio es infinito
me acabo de despertar
y he pensado en ti un poquito.
Estamos en pleno invierno
los días de lluvia crecen
las nubes cubren el cielo
las estrellas no aparecen.
El viento empieza a soplar
me destapo, estoy temblando
pero estoy contento, amor
porque en ti sigo pensando.
El silencio de la noche
lo ha roto en la oscuridad
la alarma de un viejo coche
que ha comenzado a sonar.
Y los perros alertando
han comenzado a ladrar
lo único que ha conseguido
esa alarma con sonar.
El silencio se ha rehecho
vuelve la tranquilidad
y mi mente también vuelve
en tu cariño a pensar.
Ese amor lindo y sincero
que me está haciendo vivir
cada vez que me desvelo
no me deja, a mi dormir.
Pero es tan reconfortable
desvelarse con tu amor
que cada día que pase
yo me alegrare un montón.
Y pensaré en esa niña
que late en mi corazón
en esa reina divina
que me quita la razón.
No me importa desvelarme
si vivo estas sensaciones
desvelarse con tu amor
son desvelos, de pasiones.