Me dijiste asómate
y mira bien las estrellas
mi corazón te ha mandado
un mensaje, en una de ellas.
Salí a mirar, muy feliz
veloz como una centella
el cielo estaba nublado
y no había ni una estrella.
Me entro un poquito de pena
pues no podría ver, yo
ese guiño que a una estrella
le mando tu corazón.
Y te mande un mensaje
diciéndote que no había
pero no importa, mañana
alguna aparecería.
Y cuando envié el mensaje
al cielo volví a mirar
y entre las nubes salió
y con fuerza comenzó
una estrellita a brillar.
La mire muy fijamente
y vi un corazón de ensueño
que me hizo un guiño y me dijo
si quería ser su dueño.
No lo podía creer
ese corazón de ensueño
entregado a mi cariño
pidiéndome ser su dueño.
Me dijo que la amistad
es como un barco velero
su estela es inconfundible
y al arrancar si es sincero.
Va dejando una sonrisa
que se traslada hasta el cielo
que te va dando alegría
y que nunca tiene fin.
Espero que las estrellas
sigan cumpliendo mi sueño
enviándome mensajes
de ese corazón de ensueño.